El Ángelusde Jean-FrançoisMillet (1859, óleo sobre lienzo, 66 x 55 cm, Museo de Orsay, Paris) contiene la historia de cinco silencios.
El silencio del paisaje rural. El sol del ocaso, el pueblo en la lejanía. Una planicie reseca y árida. Los utensilios para la labranza, que dormitan como naturalezas muertas.
El silencio de los campesinos en actitud sobria, de recogimiento. Siluetas en sombra, cabizbajas, que parecen contener el aliento en su plegaria agreste.
El Ángelus ejerció sobre mí un gran magnetismo desde la primera vez que lo vi. Me retrotraía a los paseos vespertinos de los veranos de mi infancia, cuando veíamos a los labradores cosechar la tierra en los trigales. Le pedí a mi tía-abuela, -gran aficionada a pintar con esmaltes-, que hiciera para mí un esmalte reproduciendo el famoso cuadro. Conservo su delicada recreación como una reliquia de gran valor sentimental.
Investigué sobre el cuadro y descubrí que albergaba un misterio más profundo; un secreto desvelado gracias al empeño del pintor surrealista Salvador Dalí.
Dalí se obsesionó con El Ángelusy pintó numerosas variaciones de la obra. Estaba convencido de que el cuadro escondía algo trascendental. Su obsesión le llevó a solicitar al Louvre que hiciera un análisis del lienzo con rayos X. El resultado fue asombroso: bajo la capa de pintura visible había una realidad anterior. Allí donde figura el cesto ubicado entre los dos campesinos, Milletpintó originalmente el ataúd de un niño.
Lo que el artista había querido retratar no era una apacible escena agreste sino la oración lúgubre de unos padres durante el entierro no oficiado de su pequeño. El silencio atroz de la muerte.
Se cree que por motivos eminentemente pragmáticos, Milletdecidió ocultar su intención inicial, alterando la naturaleza de la escena. Ese es el cuarto silencio: la autocensura del artista.
La intuición de Dalí enraizaba con un acontecimiento familiar trágico. Dalí tuvo un hermano mayor que falleció a los tres años de edad. También se llamaba Salvador. Sus padres les pusieron a los dos el mismo nombre. Ese hecho marcó de por vida al artista, a quien siempre persiguió la figura ausente del hermano muerto … El quinto silencio.
