Descubrí la obra artística del español Jaume Plensa en Estados Unidos. Concretamente en el Parque del Milenio de Chicago. Plensa instaló allí su Crown Fountain, una obra interactiva de arte público, una divertida video-escultura con funcionalidades de fuente refrescante que hace las delicias de los habitantes y visitantes de Chicago, especialmente en los días bochornosos de verano. Me fascinó su originalidad.
Y es precisamente en Estados Unidos donde recientemente ha instalado una de sus esculturas más imponentes y evocadoras: El alma del agua. Con una altura de 24 metros, la obra está situada junto al Rio Hudson, en la ciudad de New Jersey, mirando directamente al skyline de Manhattan.
El alma del agua es el rostro de una bella mujer que sella sus labios sobriamente, con el dedo índice. Dibuja el gesto universal de los que reclaman - para sí mismos y para los demás- silencio. Silencio para escuchar el agua, tanto la del río que fluye como aquella que recorre con sigilo el interior de nuestros cuerpos y mentes. Silencio para aplacar el algarabío, el bullicio y las estridencias. Silencio para estar en calma.