En la película El mago de Oz, basado en el cuento homónimo de Lyman Frank Baum (uno de los libros favoritos de mi infancia), Judy Garland, en el papel de Dorothy, canta su oscarizada canción Over the rainbow cuyo inicio dice así:
“Somewhere over the rainbow, way up high
there is a land that I heard of once in a lullaby”
Dorothy aspira a encontrar ese mundo nuevo, mientras camina por la senda de las baldosas amarillas hacia la Ciudad Esmeralda. No hace sola el viaje: le acompañan el león que anhela ser valiente (coraje), el espantapájaros que quiere pensar (cerebro) y el hombre de hojalata que desea amar (corazón).
Es un viaje ilusionante, en el que todos esperan hallar algo nuevo, pero cometen el error de creer que aquello que ansían llegará desde el exterior, como una ofrenda otorgada por un tercero, en lugar de buscarlo dentro de sí mismos. No son conscientes de que, al iniciar el viaje, ya tienen de partida en su interior todo eso que tanto anhelan. No son conscientes de que para despertar su interior y permitir que coraje, cerebro y corazón florezcan tan solo es necesario rodearse de los compañeros de viaje adecuados y recorrer juntos el camino.
Esto mismo nos ha podido suceder y sigue sucediendo en ocasiones a las personas que formamos parte del colectivo LGBT.
Por eso, en este universo, aspiro a construir un sendero en el que cada artículo sea una baldosa amarilla, un referente escogido con sumo cuidado y cariño (libro, protagonista, película, poema, etc) que permita a los que lo transitan descubrirse un poco más a sí mismos, ganar confianza y fortaleza para vivir con plenitud su sexualidad y afectividad ahora y en el futuro.
Todo ello con la esperanza de aportar mi granito de arena para promover un mundo más tolerante y libre. Un mundo mejor, en definitiva, porque como dice Dorothy al final de su canción:
“I hear babies cry and I'd watch them grow
they'll learn much more than we'll know”