JUGUETES

JUGUETES

Universo Juguetes

Los juguetes son los primeros objetos que intermedian entre nosotros y el mundo; nos ayudan a habitarlo y explicarlo. Nos permiten conectar con la parte más genuina y auténtica de los demás y de nosotros mismos. Nos deleitan y divierten. Son fuente de expansión y de sonrisas.

Nos sirven para reproducir el mundo que conocemos y también para alterarlo, creando otras posibles realidades, sin limitaciones ni escollos. Hoy en día se habla mucho de la realidad aumentada como un gran logro tecnológico, y a mí me parece que no hay nada que aumente y amplifique más la realidad que un juguete en manos de un niño con imaginación.

Los juguetes son aliados y protectores, inspiran ternura y procuran consuelo. Aunque a veces también pueden ser crueles y despiadados, los enemigos del héroe o bien los que acaban rendidos y abandonados en los baúles o en las estanterías más altas.

De pequeña me entretenía con un abanico amplio de juguetes.

Mis favoritos eran los muñecos. Al ser hija única, éstos hacían las veces de hermanos, de hijos o de disciplinados alumnos que yo instruía con esmero frente a la pizarra de pared que había en mi habitación. A todos ellos les ponía voz, -con un timbre y tono concreto-, les dotaba de personalidad. Recuerdo haber hecho algunas grabaciones de las conversaciones que mantenía con mis muñecos. Me encantaría volver a escucharlas. A saber, dónde estarán ahora. Se extraviaron durante alguna de mis múltiples mudanzas, imagino.

Me encantaban también las casitas de muñecas. Disfrutaba desplegando por el suelo con mis amigas todas nuestras casitas y las familias que las habitaban. Nos gustaba ordenar el mobiliario de las habitaciones, el surtido de las tiendas, los pupitres del colegio, los animales de la granja, etc. En un visto y no visto una ciudad completa se extendía ante nuestros ojos. Los desvanes, las alcobas, los jardines, los garajes… cualquier lugar era propicio para la fantasía y cualquier lugar podía ser a la vez todos los espacios visibles e invisibles de éste y de otros mundos.

También me gustaban los coches teledirigidos y los Scalextric. Recuerdo que un par de años les pedí a los Reyes Magos un coche teledirigido y un Scalextric para hacer carreras con mi primo. No sé por qué a los Reyes Magos les pareció oportuno traerme un coche 4x4 y un Scalextric también 4x4. Mi gozo en un pozo pues velocidad, lo que se dice velocidad, tenían más bien poca. ¿Pensaron acaso sus majestades de oriente que sería más conveniente para mí cultivar desde niña la resistencia en lugar de la velocidad? Quizás fuera ese el motivo. Chi lo sa!

Aún hoy me deleita la estética de los juguetes y la promesa de felicidad que encierran. Me gusta contemplarlos en estancias, en museos, en láminas antiguas, en jugueterías de barrio y en viejas fotografías. Por eso, en este universo, rindo homenaje a los juguetes y a los juegos, por ser objetos y medios que hacen más amable y placentero el mundo.