84, CHARING CROSS ROAD

84, CHARING CROSS ROAD

Estrella del Universo Cartas

84, Charing Cross road (Anagrama) recoge los veinte años de intercambio epistolar entre Helene Hanff, -una guionista en ciernes residente en Nueva York- y Frank Doel, librero en la antigua librería londinense Marks & Co.

La primera de las cartas está fechada el 5 de octubre de 1949 y empieza así:

“Señores:

Su anuncio publicado en la Sunday Review of Literature dice que están ustedes especializados en libros agotados. La expresión “libros anticuarios” me asusta un poco. Porque asocio antiguo a “caro”. Digamos que soy una escritora pobre amante de los libros antiguos”

A partir de ahí transcurren veinte años de correspondencia entre ambos.  Durante ese periodo, el “señores” que encabeza la primera carta, acaba convirtiéndose en “señor”, luego en “querido Frank”, más tarde en “Frankie” y finalmente en encabezamientos con reclamos y reproches burlones (“Querido relámpago”). Encabezamientos que evidencian la camaradería y amistad que se va forjando durante dos décadas de misivas transoceánicas.

Helene es exigente, irónica, aguerrida. Frank, tranquilo, benevolente, amable. Helene busca libros agotados, especiales, minoritarios y Frank se esmera hasta la saciedad en encontrarlos. Ambos son tiernos e inteligentes.

Ambos son generosos. Pese a las constantes referencias al dinero y a su preocupación por el mismo en sus primeras cartas, Helene disfruta gastando el suyo en regalos que envía a Frank y a sus entrañables compañeros de la librería Marks & Co.: carne, huevos, latas de conserva, jamón. Los regalos más preciados en el Londres precario de posguerra.

Helene viajó por primera vez a Londres en 1971. Su viaje fue tardío y no llegó a conocer en persona a Frank ni a ver en pie su querida librería. Jamás sabremos que hubiera dicho o hecho al cruzar sus puertas. Pero de lo que estoy convencida es de que no hubiera hecho lo que escribió a su amiga Maxine en una carta de 1952 en relación con la posibilidad de viajar algún día a Inglaterra y visitar la librería:

“Vengo escribiéndoles cartas de lo más descaradas dese la seguridad que me dan los 5.000 kilómetros que hay por medio. Probablemente entraré un día en esa tienda y saldré de ella al cabo de un rato sin decirles quien soy”