CARTAS

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Universo Cartas

“El palomar de las cartas / abre su imposible vuelo” así empieza el poema Carta de Miguel Herández.

En estos tiempos nuestros de Instagram, Facebook y Whats app, parece verdaderamente imposible el vuelo de las cartas o, cuanto menos, muy improbable.

¿Cuánto hace que no recibes una carta? Una carta extensa, escrita con lentitud y atención. Una carta exclusiva para ti.

Aún recuerdo el pálpito que sentía de niña, de adolescente, e incluso en mi primera juventud, cuando abría el buzón y allí estaba la carta. De un vistazo y al tacto rápido valoraba el grosor del sobre para saber si contenía más o menos páginas y, de esa forma, estimar la duración de su lectura. Un sobre que contenía una promesa: la de la revelación de un sentimiento, de una emoción, de una aventura. ¿Te pasaba a ti lo mismo?

Guardo todas (o casi todas) las cartas que recibí a lo largo de los años en una gran caja que conservo a buen recaudo en casa de mis padres. Quizás algún día las relea.

“Allí agoniza la tinta / y desfallecen los pliegos / y el papel se agujerea / como un breve cementerio / de las pasiones de antes / de los amares de luego” dice la Carta de Miguel Hernández.

Lo mismo ocurre con los diarios, que pueden considerarse cartas escritas para uno mismo, para nuestro yo del futuro. O con los mensajes lanzados al mar en botellas vítreas, con la esperanza de que alguien los encuentre.

Por eso, en realidad, este universo podría llamarse “Cartas, diarios y botellas en alta mar” porque en él encontrarás referencias a todas esas líneas escritas con conciencia y propósito. 

Como dice The Police en su famosa canción Message in a bottle: “I hope that someone gets my message in a bottle”. Haz click aquí para escucharla