El mar, de John Banville (Anagrama), es un thriller existencial y poético, que ocasionará fuerte marejada en la mente del lector que se adentre en sus aguas turbulentas.
Max Morden, un hombre de mediana edad que acaba de enviudar, decide regresar a Ballyless, el pueblo de mar de la costa de Irlanda en el que pasó los veranos de su infancia. Un sueño lúcido le impulsa a regresar allí, en busca de algo… Y él decide no oponer resistencia a ese mandato.
Se instala en una casa de huéspedes llamada Los Cedros, punto cardinal del pasado. Desde allí, reflexiona sobre el último año de convivencia con su esposa enferma y, en paralelo, evoca el verano iniciático de su infancia en el que tuvo lugar un terrible acontecimiento: la desaparición abrupta e inexplicable de los dioses. Algo que le marcaría de por vida.
“Se marcharon, los dioses, el día de la extraña marea”. Así empieza la novela de Banville.
Los dioses son Chloe y Myles Grace, dos hermanos mellizos que en aquel verano trágico se hospedaban precisamente en Los Cedros con sus padres y su asistenta, Rose.
Son los dioses porque hay algo inaccesible en ellos, porque subyugan. Chloe es voluble y misteriosa. Myles es mudo y, en su silencio, escruta atentamente cuanto hay a su alrededor, se mofa de lo que percibe y conoce todos los secretos. Max siente fascinación, incluso obsesión, por los mellizos.
Son los dioses porque la familia Grace pertenece a una clase social más alta y, estando entre ellos, Max se siente un elegido. Junto a ellos germina y aflora la vertiente romántica y erótica del Max pre-adolescente.
Banville emplea un lenguaje lírico para plasmar las divagaciones del Max adulto. Sus recuerdos son pinceladas cromáticas, a veces impresionistas, otras veces realistas hasta tal punto que solo el más minucioso detalle permite entender la trascendencia de la escena rememorada.
Pero… ¿Qué busca Max en Ballyless? ¿Por qué o para qué regresa allí? ¿Se busca a sí mismo? ¿Busca al fantasma de su mujer? ¿Busca el rastro perdido de los dioses?¿Busca formular las preguntas pendientes a la única persona que puede contestarlas?
Sea lo que fuere, solo lo hallará a la vera del protagonista absoluto de la novela: el mar.