Estos días he recorrido un largo trayecto a través de los bosques de España. Lo he hecho estirada en el sofá de mi casa; dando algunos pasos con los ojos abiertos, a través de palabras e imágenes; dando otros pasos con los ojos cerrados, mediante registros sonoros de parajes frondosos.
Pude hacer el recorrido gracias a un libro, Viaje visual y sonoro por los bosques de España (Anaya) de Carlos de Hita, uno gran maestro de las grabaciones de sonidos de la naturaleza. Grabaciones realizadas con amor hacia los bosques y, consecuentemente, grabaciones que reflejan los rasgos que el amor conlleva: respeto, admiración, delicadeza, atención, paciencia.
De Hita suscribe la definición del botánico Emilio Blanco acerca de lo que es un bosque: “Un bosque es una comunidad compleja de plantas, animales y otros elementos no vivientes ecológicamente relacionados entre sí, asentados y en armonía con el clima y el suelo”.
Y es esa complejidad fascinante la que congrega en las páginas de su libro-experiencia, -una experiencia sonora inmersiva-, mostrando el bosque como una orquesta llena de instrumentos y voces: trinos de pájaros carpinteros, cigüeñas, mirlos, carboneros, herrerillos, totovías, alondras; sonidos del viento en las ramas; ramas que crujen; hojarasca que se estremece; anfibios que croan y navegan en los riachuelos; insectos que zumban suspendidos. Una coral de pequeños detalles que están ahí y solo el fino oído puede identificar. Estamos ante un libro “que suena” y que nos cuenta las historias de los habitantes del bosque a través de los sonidos que emiten.
Las páginas del libro transitan 74 bosques de nuestro país, pertenecientes a cuatro tipologías distintas: bosques caducifolios, bosques de coníferas, bosques mediterráneos y laurisilvas.
Cada bosque cuenta con una explicación de su esencia, de sus características, de su fauna y flora y con un código QR que da acceso a la grabación de los sonidos de ese ecosistema particular. El autor nos da una explicación de lo que estamos escuchando en cada bosque y es divertido agudizar el oído para tratar de identificar cada elemento de ese bello equilibrio.
