Pilú de los bosques es pura ternura. Un cómic entrañable de Mai K. Nguyen, editada por La Cúpula. Lo disfrutarán pequeños y mayores, pues los asuntos que trata nos conciernen a todos.
Willow es una niña que vive un momento muy difícil: ha perdido recientemente a su madre, es víctima de acoso escolar y tiene constantes riñas con su hermana mayor por cosas que, en realidad, no tienen importancia.
Los bosques cercanos a su casa son su refugio, el bálsamo verde en el que la pequeña encuentra consuelo y sosiego cuando se siente desorientada y triste.
Un día, tras una discusión con su hermana, Willow huye enfurecida hacia el bosque, acompañada de su perrito Chico. En el corazón de la floresta se encuentra con Pilú, un espíritu del bosque (son encantadoras las hojitas verdes que conforman su cabellera) igual de pequeña, asustada y enfadada que ella. Pilú también se ha escapado de casa y no sabe encontrar el camino de vuelta. Willow se ofrece a ayudarla y, en el trayecto, ambas aprenden a enfrentarse a sus propios miedos e incoherencias. Juntas logran algo que por separado no habrían podido conseguir.
La historia es conmovedora y tiene muchas capas. Habla del respeto que la naturaleza merece, de la pasión por el aprendizaje y de la fortaleza que supone ser leal y amable con los demás. Aborda también la cuestión de saber pedir perdón a tiempo y de saber perdonarse a uno mismo. Y, por encima de todo, plantea la importancia de aprender a escuchar sin angustia nuestros miedos más íntimos, para entender lo que quieren de nosotros y aplacar así su poder.
Las ilustraciones son adorables. El bosque y sus criaturas están perfilados con todos sus matices cromáticos, en función de las emociones que cada viñeta encierra. Distintas especies, texturas y colores de árboles, plantas, aguas y piedras. Cientos de detalles sutiles. Los rostros e indumentarias de las pequeñas Pilú y Willow son una delicia, acordes con la personalidad graciosa y dulce de las protagonistas. Me hubiera gustado poder dar un salto y adentrarme en alguna de las hermosas viñetas (como hacía Mary Poppins en los cuadros del parque) para recorrer junto a ellas el bosque ¡y salir fortalecida!