LA MUJER JUSTA

LA MUJER JUSTA

Estrella del Universo Amor

He leído La mujer justa de Sándor Márai (Anagrama) varias veces. Es una novela profunda e inagotable. Siempre que la releo tengo la sensación de que, durante toda la lectura, he estado frente a tres personas de carne y hueso, y no frente a tres personajes de ficción.

El libro consta de tres partes, tres intensos monólogos. En la primera parte, Marika conversa con una vieja amiga en una cafetería de Budapest y le explica cómo su matrimonio se desmoronó cuando descubrió una cinta morada perteneciente a otra mujer en la cartera de su marido. En la segunda parte, Péter, también en un café de Budapest, le explica a un amigo cómo y por qué abandonó a su esposa por otra mujer que llegó a obsesionarlo. En la tercera parte, años más tarde y desde una habitación en Roma, Judit le cuenta a su amante la historia de amor que mantuvo años atrás con un hombre de origen muy distinto al de ella.

Las vidas de los tres narradores se entrelazan y enredan en un conjunto de perspectivas e interpretaciones distintas acerca del sentido de la vida y del amor.

El propio título de la novela, La mujer justa, hace referencia a la persona adecuada, a la persona apropiada para alguien. “Pues claro que existe la persona justa en alguna parte. “Pero entonces, ¿quién soy yo?, me pregunté en un momento de lucidez. Y si no soy yo ¿quién es la justa? ¿Dónde vive?”.

Es abrumadora la humanidad que destilan los tres protagonistas mostrando sin pudor sus contradicciones, incoherencias y pasiones. Conmueve ver cómo a veces se engañan a sí mismos y como otras, en cambio, son completamente honestos respecto a sus motivaciones. Cada monólogo incide en el punto de vista del narrador por lo que, solo al leer las tres historias, se sabe qué sucedió exactamente y por qué.

Los tres miran hacia atrás y reconocen, desde la perspectiva que da el tiempo, que ahora entienden mejor las emociones y el sentido de los acontecimientos que tuvieron lugar en el pasado. Como si las cosas solo pudieran saberse con certeza a posteriori, no cuando se están viviendo:

Yo ahora sí que lo entiendo. ¿Sabes?, en la vida ocurre todo lo que tiene que ocurrir y, al final, todo encuentra su lugar. Se trata de un proceso muy lento.”