NOSOTROS EN LA NOCHE

NOSOTROS EN LA NOCHE

Estrella del Universo Amistad

Y entonces llegó el día en que Addie Moore pasó a visitar a Louis Waters. Fue un atardecer de mayo justo antes de que oscureciera”. Así empieza la novela de Kent HarufNosotros en la noche (Literatura Random House). Una pequeña joya de profundo impacto.

Dicen que, conforme envejecemos, volvemos a ser niños en determinados aspectos. Quién no ha pronunciado alguna vez en su infancia estas frases: ¿Quieres jugar conmigo?, ¿quieres ser mi amigo? Pura naturalidad, despojada de justificación o explicación adicional alguna. Simplemente porque sí.

La misma naturalidad sin artificios con la que Addie Moore se dirige sin previo aviso a la casa de Louis Waters y le espeta sin remilgos: “Me preguntaba si querrías venir alguna vez a casa a dormir conmigo”.

Así de simple, directo y tierno.

Así es como empieza la amistad entre Addie y Louis; ambos maduros, viudos desde hace años y con hijos ya adultos (aunque no por ello dichos hijos sean independientes, razonables o justos).

Una amistad que, -forjándose inicialmente en una habitación oscura, en el silencio de las noches-, pronto se expone a la luz del sol y a las habladurías de una pequeña “ciudad de provincias” estadounidense. Una intimidad que reivindica la necesidad básica y el derecho a establecer, por encima de cualquier convención o prejuicio, vínculos nuevos y profundos, a cualquier edad. La defenestración del “qué dirán”.

“Y ahora háblame. Cuéntame algo que no sepa” le pide un día Addie a Louis; que viene a ser lo mismo que esta otra solicitud, tan propia de la niñez: Cuéntame un cuento .

Las personas y sus reacciones son un espejo que nos refleja, y adentrarse en el mundo interior de otra persona es adentrarse en un orbe ajeno que permite comprender mejor aspectos del propio.

El cuento que Addie reclama a Louis se concreta en múltiples conversaciones y confesiones nocturnas: sobre la vida que no pudo ser, sobre los sueños antiguos, sobre la pérdida, sobre los claroscuros de la felicidad conyugal, sobre las aspiraciones no alcanzadas por cobardía, sobre los examantes que no han caído en el olvido, sobre el sufrimiento, sobre la lealtad y la traición. La vida misma.