Pocas cosas en la vida son tan valiosas e importantes como una amistad auténtica.
Una amistad es una alianza, un privilegio que nos es dado y que hay que cuidar para que, -pese a los cambios vitales, los caminos escogidos y las dificultades del día a día-, perdure y se consolide en el tiempo.
Para mí, la amistad se basa en un conjunto de valores fundamentales: lealtad, cariño, respeto, honestidad, tolerancia y libertad.
Un amigo es, a mi modo de ver, un cómplice de vida que nos potencia y nos ayuda a detectar y proyectar lo mejor de nosotros mismos. Su existencia nos llena de alegría y paz.
Quizás tú le des importancia a otros aspectos de la amistad. Cada uno de nosotros puede poner el énfasis en distintos aspectos de la amistad que considere más o menos relevantes.
Por ejemplo Cicerón en su tratado El arte de cultivar la verdadera amistad resalta muchos aspectos, entre ellos el hecho de que la amistad es siempre desinteresada y se fomenta por el puro placer de deleitarse con un alma gemela que tenga “la capacidad de iluminar de esperanza el futuro y no permitir que nuestro ánimo desfallezca o se derrumbe”. Cicerón enfatiza que la amistad solo es posible entre personas virtuosas y considera que “la primera ley de la amistad es pedir a los amigos solo lo que es honorable y hacer por ellos solo lo que sea justo”. Sin embargo, Oscar Wilde en sus Conversaciones enfatiza la importancia de la lealtad más allá de cualquier otro aspecto, de ahí su famoso aforismo: “No tiene una sola cualidad: carece de la más mínima decencia y es realmente la mujer más perversa de Londres. Sin embargo, tengo que decir algo a su favor…es una de mis grandes amigas”.
Sobre la amistad se ha dicho y escrito muchísimo; en cada obra artística y vital de la humanidad está presente de un modo u otro la huella de la amistad (o de su ausencia). Así que en este universo reseñaré algunas de las historias en las que la amistad brilla fulgurosamente. Aquellas historias que, como un pálpito, me han conmovido, bien sea porque la amistad ha salvado a sus protagonistas, porque les ha mejorado, porque les ha hecho más felices, porque les ha consolado o porque les ha ayudado encontrar un sentido a su existencia.
