Uno de los sonetos de la literatura española que más me fascina es el que lleva por título Vida, incluido en el poemario Cuaderno de Nueva York de José Hierro.
Es un soneto de estructura perfecta y, todo él, es además una ingeniosa paradoja que podría interpretarse a su vez como un gran oxímoron.
Es un poema existencial que ayuda a quién lo lee a relativizar la importancia de las cosas, a mitigar las pasiones y a sopesar las ambiciones puesto que, la Nada y el Todo son una unidad insondable e indisoluble.
Vida
Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
Grito ¡Todo!, y el eco dice ¡Nada!.
Grito ¡Nada!, y el eco dice ¡Todo!.
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.
Tenemos la suerte de poder escuchar al propio autor leyendo su creación en este video:
