GAMBITO DE DAMA

GAMBITO DE DAMA

Estrella del Universo Ambiciones

¿Te gusta el ajedrez? Entonces no podrás resistirse a los encantos de Gambito de dama, la serie de Netflix basada en la novela homónima de Walter Trevis. Una declaración de amor al ajedrez.

Enmarcada en los años 50 y 60, la serie transmite con rigor el ambiente del mundo del ajedrez profesional (no en vano el gran maestro Kasparov ha intervenido como consultor en la serie) y encandila por el elenco de actores, los fotogramas color pastel, la música ambiental y el atrezo propio de la época en la que transcurre.

La gran protagonista es Beth Harmon, interpretada en su infancia por Isla Johnston y en su juventud por Anya Taylor-Joy. Ambas actrices bordan el papel. Ambas tienen magnetismo y carisma para ser Beth Harmon.

Beth conoce el abandono y el infortunio desde niña. Su infancia y adolescencia transcurren en un orfanato en el que descubre la que será la pasión de su vida: el ajedrez; un juego que le permite tener el control y amortiguar la incertidumbre inherente a la vida. Lo hace de la mano del señor Shaibel, el bedel del colegio, que será su primer maestro y apoyo. Una figura entrañable que le ayudará a adquirir confianza y disponer de las primeras oportunidades. Con él juega cientos de partidas clandestinas, en un sótano de luz tenue. Es él quien le enviará los cinco dólares necesarios para participar en el primer torneo y, de esta forma, ampliar su mundo.

A partir de ahí iniciamos con Beth un viaje por los tableros de ajedrez de alta competición de Estados Unidos, Francia y Rusia. Un viaje de pasión, esfuerzo y gloria de la mano de una mujer con una mente privilegiada, tremendamente inteligente y proclive a la adicción (en sentido amplio). Una mujer tenaz, autoexigente, sin prejuicios; que pone empeño en lograr lo que quiere sin por ello dejar de divertirse y disfrutar.

Gambito de dama es una historia de ambición personal pero también un canto a la fraternidad, -que pone el énfasis en la importancia de contar con apoyos clave para seguir adelante en la vida-, y al compañerismo; no en vano Beth entabla vínculos de amistad con muchos de sus rivales.

Y, por si fuera poco lo dicho, su escena final está entre las más emotivas que he visto en el cierre de una serie.